El machismo sin complejos del PP ha irrumpido en la campaña, convirtiendo el bipartidismo excluyente del debate televisado a dos, en cosa de todas y avalando la
estrategia electoral del PSOE y Elena Valenciano, abanderada de
la causas de la igualdad frente al PP.
Zapatero en su momento concluyó que la intervención en la guerra de Afganistán
era causa justa, a diferencia de la de Irak porque según la OTAN se trataba de apoyar la liberación de la
mujeres afganas ( Malalai Joya y las mujeres de Rawa no compartían esta apreciación) Me pregunto si ahora Elena Valenciano está pensando lo mismo respecto
a las razones que justificarían la hipotética gran coalición, y al final resulte
ser esta, el pacto de estado al que en nombre de la lucha contra la violencia de género, ha invocado
alguna vez.
En una sociedad fragmentada donde
crecen por todas partes la pobreza y las víctimas de las políticas de ajuste, la apelación a la causa de las mujeres por parte de quienes luego administran las políticas de castigo a la población es mas que probable que perjudique a la mayoría. En la democracias demediada de una UE basada en el drenaje económico de los
países del sur a favor de los centros de poder económico y el saqueo de
derechos para transferir rentas hacia la casta financiera, existe el riesgo de
que sean las mujeres por abajo quienes terminen pagando la ira y el malestar social con procesos hoy personificados también en simbólicos
femeninos asociados a “la casta”, como el caso del FMI, el gobierno alemán o español. Por
otro lado el impacto de las medidas de ajuste, han
propiciado un contexto tal de desprotección social, explotación laboral,
pobreza creciente, precariedad, violencia económica, recortes, y miedo, que
recalan en el silencio de los hogares y se convierten en eficaces aliados de la
violencia machista.
Los
dilemas de la generación precaria que tomó las plazas el 15M, ahora hace tres años, son en parte
diferentes de los que vivía la generación de los años 70/80, incluso 90. Hasta
la cuestión del aborto se enfrenta hoy a un contexto diferente. En España, digan
lo que digan Gallardón y "
la caverna", el aborto mas extendido es el que hace
algunos meses Bárbara Celis denominaba
"aborto sin bisturí". Hay un feminismo, enredado en una "amistad peligrosa" (
1) con el neoliberalismo para apropiarse de las luchas de las mujeres convirtiéndola en escudo de las políticas
de recortes en beneficio de una minoría, que no quiere enterarse de ello, pero la subordinación de las mujeres no es una avería en el funcionamiento del sistema, es un componente estructural del mismo, por eso el feminismo no puede obviar cuestiones como el asalto en curso del capital financiero sobre la reproducción social, ni ayuda mucho hoy, una denuncia del sexismo escindida de la crítica estructural al capitalismo. La fidelidad a las exigencias de la troika, como la que llevó a la modificiación del articulo 135 de la Constitución, son incompatibles con la libertad y la igualdad
de las mujeres.¡No, en nuestro nombre!
18 de mayo de 2014
1) N. Fraser