En abril de 2010, gracias a la iniciativa y el esfuerzo de “Alquds Málaga” una delegación andaluza viajó a los Territorios Palestinos Ocupados. Pude cumplir así con un compromiso adquirido hace ya algunos años. Entre los objetivos quedó pendiente Gaza. Pese a los intensos bombardeos que sufrió hace un año, Israel mantiene aislados a los habitantes de la Franja y niega incluso la entrada a la ayuda humanitaria.
Y entre las razones para la esperanza, el compromiso de gentes como aquellas voluntarias que encontramos en las calles de Hebrón, activistas de los derechos humanos, ofreciendo protección con su presencia y sus ojos a la población, a cuerpo descubierto y generosidad comprometida, en medio de tantos fusiles de ocupantes patrullando las calles, tantas piedras de ofendidos latiendo con el peso de la injusticia, y la tolerancia de la comunidad internacional
Durante nuestra estancia allí envié algunas cartas a las amigas, amigos y compañer@s de Jaén. Aclaro que estos textos son eso, impresiones, notas que plasmaba alguna noche al finalizar la jornada, que generalmente solía ser intensa. Notas incompletas, parciales, pero que a la espera de ordenar materiales y memoria para un relato mas completo de lo visto y vivido en los Territorios Palestinos, para poner en común con todas vosotras y vosotros, agradezco al Foro Social de Jaén que las acoja en su web, como una pequeñísima contribución a no permanecer “al otro lado de la suerte” (1). Aún sabiendo que se trata de gestos muy modestos lo que podemos hacer individualmente cada una de nosotras y nosotros, tendrá que ser la suma de esos gestos, la voluntad personal y colectiva de mucha gente común y corriente, la solidaridad “patio a patio” con el pueblo palestino y el rechazo manifiesto a la tolerancia criminal de los gobiernos, lo que trunque los “siete niveles de la desesperanza” (2).
Ocurrió en otros procesos como la Sudáfrica del Apartheid, pero entonces previamente hubo movilizaciones, rechazo generalizado de los pueblos, y gobiernos del mundo que desacreditaba cualquier apoyo para sostener aquel régimen. Que hoy le sea concedida con tanta frecuencia la impunidad al Gobierno israelí por los numerosos crímenes y violaciones de los derechos humanos, quizás sea uno de los síntomas mas rotundos de que hemos entrado ya en un tiempo cualitativamente diferente. Radicalmente inquietante. Pero no tenemos por qué resignarnos, ni permanecer indiferentes.
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En el campo de refugiados de Aida
Hebrón y la colina de Nahhalin
Hebrón Ciudad Sitiada (Video de Cristina Ruiz)
(1)Poema de Graciela Baquero
(2 Los siete niveles de la desesperanza. John Berger. Rev. Mientras Tanto. Nº 82- 2001
