sábado, 9 de enero de 2016

Sobre nacionalismo, crisis y patriarcado.



Hace ya algunos años en el documento político que la entonces autodenominada Corriente Crítica de IULV-CA, – de la que formé parte  junto con los y las compas de la Asamblea Local de Jaén y otras muchas de la provincia hasta nuestra expulsión de IU– reflexionábamos a cuenta del papel de Andalucía y el Mediterráneo en la economía europea,  que esta venía experimentando desde los años 80 un proceso de concentración económica y desarrollo fuerte en torno al arco Londres, Ámsterdan, Bruselas, Colonia, Frankfurt, Estrasburgo, Mónaco Berna, Milán, hasta Génova...generando de manera centrípeta amplias áreas de exclusión, con intercambio desigual y destrucción de las estructuras productivas del sur de Europa. De ello se había derivado un sistema de relaciones económicas europeo en el interior del cual la Europa del sur estaba subordinada a los mercados ricos del norte de Europa, y la mayor parte del área mediterránea quedó incluido en una red de relaciones productivo-comerciales que le asignaron el papel de suministrador de materias primas y productos manufacturados a bajo costo (con un relativo bajo nivel de relación de intercambio), mientras se incrementaba su dependencia por la importación de productos acabados, con tecnología avanzada, tanto industriales como alimentarios...

 En el plano económico, la perspectiva de incorporar Cataluña a ese eje de desarrollo y desmarcarla de las zonas económicas especial, que junto con Portugal, Grecia y parte de Italia, los poderes financieros asigna el resto de España,  estaría tras el recrudecimiento de todo el debate independentista al que asistimos. En el plano político el procés, puede cumplir un papel determinante a la hora de articular consensos en torno a una gran coalición fuera de Cataluña y en torno a las políticas neoliberales, en el interno. Es poco creíble que Mas se haya embarcado en el proceso independentista sin tener el consenso de las élites económicas y empresariales del Cataluña y el visto bueno de las alemanas, por lo tanto lógico que actuase para evitar una nueva convocatoria electoral y hasta un referéndum... allí y aquí. ¿Soy muy pesimista, si pienso que el camino hacia acuerdos entre entre PP y PSOE, como el del artículo 135, está mas cerca?. ¿Cómo imaginar el futuro próximo con el debate sobre Cataluña y la unidad de España polarizando todo el escenario, mientras Merkel redobla sus exigencias de ajustes y recortes? Ignorar que las élites financieras europeas, la derecha nacionalista catalana y la derecha nacionalista española tenían objetivos compartidos, es un error que pagaran duramente las economía del sur, pero también las clases populares de Cataluña, mientras se difumina en el horizonte, las posibilidades de las clases trabajadores y las clases populares del resto del país de articular un contrapoder fuerte frente a la nuevas oleadas de ajustes.

Las perspectivas esombrecen, si cabe aún mas, la situación en Andalucía, donde según el último informe de Eurostat, se han perdido casi 10 puntos en la convergencia con la media europea entre 2007 y 2013, lo que crea condiciones para imponer un modelo  de Zona Económica Especial con reducción del 20% de los costes de los productos a base de salarios de 300 y 400 euros mensuales con jornadas de 12 horas de trabajo diarias, dirigido por funcionarios de la UE.

Cambiar este orden injusto, no puede hacerse ignorando, ni mucho menos despreciando los sentimientos de las gente, pero tampoco puede obviarse que quienes dirigen el desgobierno del mundo y se lucran con él también cuentan con ello.  Estamos obligadas a sumar lucidez,  edades y experiencias,  mas que sectarismo para hilar fino ante las contradicciones.

Se ha hablado también estos días, a cuenta del debate nacionalista, sobre el retorno de comentarios machistas para desacreditar a algunas dirigentes y he recordado una intervención de una representante de Mujeres de Negro de Belgrado, a la que conocí durante el trascurso del XII Encuentro de la Red Internacional de Mujeres de Negro en Marina di Massa ( Italia): "A finales de los años ochenta, mientras se consolida el nacionalismo como ideología de Estado en Serbia, se recrudece la propaganda contra las mujeres. Es notorio que en los periodos de crisis aguda, de recesión económica o de represión patente, las mujeres son llamadas para "volver a la familia y al hogar"; se las considera como ángeles del hogar, como madres ideales, como esposas fieles... Es obvio que tal propaganda sirve, entre otras cosas, para aplazar o mitigar las tensiones sociales, el estallido del descontento social a causa del despido masivo de obreros y obreras." (Ztaza Zajovic) Es otra forma de ver el asunto, discutible si se quiere y con sus parcialidades, pero salvando las distancias de contextos históricos y geográficos, nacionalismo y antifeminismo, parecen ser opciones recurrentes para tiempos de crisis. 
 Aquí y ahora, políticamente puede ser correcto que se hable del "suicidio" de la CUP, pero no serán sus dirigentes, quienes pondrán el cuerpo para el castigo.