martes, 29 de marzo de 2011

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domingo, 13 de marzo de 2011

Los mercados contra las mujeres



Naomi Klein escribió hace algún tiempo sobre lo que ella denomina el auge del capitalismo del desastre, y sobre como el método preferido para acometer reformas de acuerdo con los intereses de las corporaciones multinacionales, es el de explotar sistemáticamente el estado de miedo y desorientación que acompaña a la población en momentos de shock y crisis. (La Doctrina del Shock: El auge del capitalismo del desastre). Bien puede aplicarse ahora el relato para definir las ofensiva de recortes sociales que sacude a España y Europa, junto con otras nuevas que no dejan de anunciarse. Una y otra vez los responsables de la crisis acumulan ganancia e incrementan las condiciones de explotación a costa de los desastres económicos que ellos mismos han provocado
Esto hay que tenerlo en cuenta a propósito de algunos de los debates que se vienen dando sobre las consecuencias que tienen para las mujeres la crisis económica y la dictadura que están imponiendo los mercados. El espacio temporal descrito por Klein junto con los múltiples shocks que han sacudido el mundo en este tiempo y la correspondiente oleada de reformas a favor del capital, coincide con un tiempo de cambios y transformaciones en otro sentido. Durante las últimas décadas del siglo XX y producto de las luchas que protagonizaron los movimientos de mujeres desde lo años 70, se dieron transformaciones sociales, culturales, y sobre todo de reconocimiento de derechos formales con indudable impacto para la vida de las mujeres del centro global. Paralelamente, buena parte de las políticas que han caracterizado la ofensiva neoliberal, los retrocesos en el marco de los derechos sociales, laborales, en particular la precarización de la vida y del trabajo, crearon un contexto, que erosiona de raíz otros avances que las luchas de las mujeres estaban promoviendo

Un aspecto distintivo de la globalización ha sido articularse sobre el incremento de la explotación de las mujeres en el mundo y la mercantilización de sus vidas. En la pasada edición del Foro Social Mundial celebrada en Dakar, hemos escuchado a las participantes denunciar una vez mas los lazos existentes entre la mundialización neoliberal y la exacerbación de las discriminaciones y de las violencias con respecto a las mujeres. Sara Ongaro (2003) en su trabajo “Preguntas de género a la economía global”, recuerda como en las Zonas de Libre Comercio, la maquilas, lugares de intensa explotación, entre el 70 y 80% de las trabajadoras son mujeres. En el mismo señala las conexiones entre los procesos de industrialización en los países de estas zonas y la prostitución, las redes de tráfico de mujeres etc. Para María Mies (1996), “las implicaciones que se derivan de ello para las mujeres no se agotan en la tasa de mano de obra femenina: existen técnicas de promoción del país al exterior, situaciones previas y cercanía geográfica que nos hablan de la nueva industrialización como un fenómeno que tiene lugar en un contexto de mercantilización extrema”. En nuestro país Cristina Carrasco viene describiendo desde hace años las cadenas transnacionales de cuidados que han ido construyendo las mujeres en su movimientos migratorios desde el Sur hacia el Norte, en el contexto precarizado que el capitalismo siempre asignó a un trabajo, el doméstico, imprescindible, pero invisible.

La feminización en los cambios del mundo, el papel de las mujeres como fuerza de trabajo global, el impacto de las guerras y las migraciones que afectan a millones de mujeres, señalan la importancia de situarlas en el análisis de los procesos que han caracterizado esas décadas. Desde el punto de vista global las condiciones de vida de la mayor parte de mujeres del planeta ha empeorado con la ofensiva neoliberal y globalización.

En España la incorporación al mercado de trabajo, se caracterizó por las elevadas tasas de paro, la difusión de empleos atípicos, del trabajo irregular, el contrato a tiempo parcial, y la economía sumergida. El modelo de Bienestar en España, con un importante componente familiar, una de las menores tasas de empleos y gasto público, ha pesado sobre el modelo de emancipación de las mujeres.Esto son algunos de los trazos del escenario de partida sobre el que ahora se dibuja el de la crisis y con el que vamos a tener que medirnos los próximos tiempos. Una crisis que llega después de un ciclo de expansión especulativa y de regresión en el plano social, (o de intensa actividad de los capitalistas del desastre si se quiere), en el que la cuestión de las mujeres no es una cuestión sectorial, mas, ni una avería en el funcionamiento del sistema, mas bien uno de los pilares sobre los que se han construido los procesos de acumulación por desposesión del proyecto capitalista. Entre capitalismo y patriarcado ha funcionado una alianza reproductora de injusticia social. No por casualidad la precariedad, siendo un eje sobre el que ha pivotado la cuestión del trabajo doméstico, y las tareas de reproducción de la vida, se ha convertido en el paradigma y la forma mas extendida de trabajo contemporáneo. El trabajo precarizado e infravalorizado mina la autonomía económica de las mujeres. Ahora, con la crisis se acentúa las condiciones de dependencia, el riesgo de ser expulsadas del mundo del trabajo y obligadas a permanecer dentro de las estructuras tradicionales de dependencia como la familia, el amortizador principal de los déficits sociales

Y es que los mercados, los nuevos fundamentalistas, que una y otra vez se invocan con la misma irracionalidad que se le suele atribuir a otros fundamentalismos menos modernos, son hoy los enemigos en torno a los que se construyen pactos contra las mujeres. Frente a la utilización del miedo y el desconcierto social para acelerar la expropiación de derechos que necesitaron generaciones de luchas sociales, reivindicamos el análisis y las practicas feministas. Lina Gaviria explicaba recientemente como la economía con perspectiva de género o feminista ha sido una de las apuestas científicas que con mayor solidez han criticado el fundamentalismo del mercado.
Las cuestión de la precariedad del trabajo reproductivo, la crisis de los cuidados en un escenario de crisis social, económica y ecológica, o la pertinencia de una alianza entre ecología y “cuidadanía”, como se proponía en uno de los Foros de Jornadas Feministas de Granada en diciembre de 2009, (A. Orozco. Y. Herrero. C. Carrasco) ofrecen líneas de reflexión e intervención desde las mujeres, de interés para el conjunto de la izquierda. Las propuestas que nos llegan desde una parte del feminismo para redefinir la relación entre producción y reproducción, interpretando el mundo desde la perspectiva del sustento de la vida humana y subordinando la lógica del beneficio a las lógicas de las necesidades de las personas; son propuestas que engarzan con las de consumir menos, producir menos, trabajar menos y crear espacios de intercambio y trueque de bienestar social cultura, educación, servicios sociales, sanidad, ocio, emociones, ecología, en definitiva vivir mejor. Todo ello son perspectivas que ponen en primer lugar las necesidades humanas, impugnando las medidas de ajuste impuestas por los gobiernos del capitalismo y debería servirnos para articular trabajo en red, movilización y construcción de alternativas y agendas comunes de luchas entre mujeres diversas.

Jaén febrero de 2011

Publicado en "Andalucía Educativa y Laboral". USTEA
 http://issuu.com/usteapublicaciones/docs/definitiva2011/9



sábado, 5 de marzo de 2011

Stop a la represión de sindicalistas SAT-SOC




La represión y la persecución de sindicalistas, se ensaña ahora con las vícitmas inocentes de la crisis. Pinchando en este enlace, puedes encontrar más información, solidarizarte activamente y firmar contra la represión

http://stoplarepresion.wordpress.com/