El poder del átomo lo ha cambiado todo menos
nuestra forma de pensar, si seguimos así nos precipitamos
hacia una catástrofe sin igual
Albert Einstein.
La última voz que se oirá antes de que el mundo perezca será
la de un experto asegurando que eso es completamente imposible
Peter Ustinov
Ocurrió hace 25 años, lo que tantos expertos y sobre todo muchos interesados del poderoso lobby pro-nuclear negaban como posibilidad, un día ocurrió y la tecnología nuclear se reveló como lo que siempre había sido y el movimiento ecologista venía advirtiendo sin éxito: una declaración de guerra contra la vida. Chernobil fue catalogado como el peor accidente nuclear de la historia. El radiólogo Shapiro advirtió en aquellos días “El mundo debe saber que en Bielorrusia esta teniendo lugar un genocidio nuclear” (1). Unos dos millones de personas fueron contaminadas. Centenares de pueblos, aldeas, bosques, plantas y animales, sucumbieron a una oleada de muerte que avanzaba silenciosa para el ser humano, que no detecta directamente la radioactividad.