martes, 15 de enero de 2013

Rosa Luxemburgo




Dedicado a las amigas del Colectivo Rosa Luxemburgo. En Jaén 15 de enero de 2013


Rosa Luxemburgo,  la inmensa “Rosa Roja”, vivió y murió en un tiempo de transición, como el nuestro, en el que un mundo viejo se hundía y otro surgía de los escombros de la guerra.  En este momento, cuando los partidos y organizaciones “tradicionales” de la izquierda transformadora se ven en la obligación de cuestionar sus formas de actuar ante el abandono de la gente común y corriente.  Cuando nos encontramos ante una enorme crisis del modelo de democracia representativa, Rosa Luxemburgo se convierte en referente indispensable en los grandes debates emancipatorios para la gente de abajo. Los ecos de su voz resuena bajo el lema, aparentemente novedoso: “Otro mundo es posible”. Ella lo formuló con un poco más de urgencia: “Socialismo o barbarie”. Su pensamiento, su compromiso y su desbordante humanidad nos sirven de referencia en la  lucha para que las crisis de este siglo no lo conviertan también en el de la barbarie.”
 Como nos recuerda Lidia Menapace, Rosa fue en muchos sentidos una anticipadora "La hipótesis sobre la revolución que esbozó, consistía en un movimiento de masas autónomas que desarrollan una especie de pedagogía  sobre el ejercicio del poder en el trascurso de una huelga general: Es difícil pensar una solución revolucionaria menos violenta, aunque diferente del modelo leninista de conquista militar del Palacio de invierno. Para Rosa lo importante era que el proceso activase y aunase al mayor número de personas, que aprendían como se gesta una sociedad mientras se transforma. Una idea singular y original que no fue atendida, sino tachada de “ espontaneísmo” . A mí me parece que puede ser sin duda considerada entre los diferentes caminos hacia otro mundo posible, construido en libertad, sin violencia ni exclusiones.
 No puede  decirse, no obstante,  que  Rosa forme parte de las teóricas de la noviolencia, pero su modo de pensar, teorizar y enseñar se asemeja bastante a una forma de actuar, propia de mujeres, favoreciendo  los acontecimientos y sumando a las personas. Sus modos de relacionarse eran apasionados emotivos, generosos, fuertes y contrastaban con su aparente fragilidad. De aspecto menudo,  era muy expresiva en sus gestos y mirada.  No puede decirse que formase parte del movimiento de liberación de la mujer, pero sintió mas de una vez desagrado por los juicios que la separaban de su género como una luminosa “excepción”.
 Fue muy amiga  de Clara Zetkin.  Por lo demás,  sería difícil encontrar maneras más cariñosas y mas amistad por los suyos, una amistad que conservaba a pesar de las furibundas, a veces ásperas y siempre vivaces polémicas, que mantuvo con ilustres compañeros de su tiempo. Actitudes llenas de atención,  sencillez y afecto, aparecen sobre todo en las cartas: Podemos encontrar en sus prácticas mucha similitud con las relaciones no autoritarias, ni jerarquizadas, que suelen proponerse desde el feminismo  y ahora vuelven a hacerlo la generación de jóvenes que irrumpe en la política desde las plazas del 15M
 Rosa no era, obviamente, una ecologista: pero al igual que en el pensamiento económico, anticipó aunque con otra terminología, la globalización, así también anticipó temas, y sensibilidades típicas de la practica ecologista. Dedicó atención y análisis al trabajo campesino, con el que identificó al proletariado agrícola ( braceros, recolectoras y escardadoras) como obreros del campo. Su formación científica era significativa, adquirida, según el plan de estudios de los liceos  de  Europa Central que prestaban mucha atención a la ciencia. Mas no basta lo aprendido en la escuela, para explicar, su a amor por la naturaleza que llegaba hasta una delicadeza  casi “budista” cuando en sus paseos por los bosques que tanto amaba, se lamentaba porque simplemente caminando, sobre un terreno se matan o molestan hormigas, pastos, insectos y hierbas
 Mantenía un vivo diálogo con el mundo natural, hasta el punto de conmoverse con la fatiga infligidas a los animales domésticos por el trabajo y reflexionar sobre ello: Es famosa su mirada partícipe, desde su celda carcelaria, hacia un campo en el que ve un búfalo que llora: “De los ojos grandes y bovinos, descienden lágrimas de esfuerzo y dolor al arrastrar la máquina para trabajar la tierra: el cuello fuerte y tenaz es golpeado por el látigo y el dolor” No son mas que ejemplos, pero el rigor  analítico no disminuye si al leer  a alguien que ya no está en el mundo captamos también afinidad y sensibilidad actuales. También la conciencia histórica es una relación que se renueva y se extrae de los acontecimientos ecos y reflejos no advertidos antes: Rosa sugiere a menudo experiencias similares. Estaba completamente inmersa en su tiempo. Su imagen frágil, menuda, izada sobre una tribuna de oradores, con sombrero, el vestido estrecho, el moño sobre el escote, la acerca aún más a nosotras,  la colorea de historia y de una vida que todavía fluye.
 Es hora y tiempo de que nos atrevamos a leerla con complicida, desde nuestra libertad, deteniéndonos también en  los mensajes afectivos que nos trasmiten sus obras sus cartas, su biografía"

María Dolores Nieto Nieto, partiendo de textos de
 Lidia Menapace:  Rosa Luxemburg. Una anticipatrice.  Donne Disarmanti Edizioni Intra Moenia
 David Arrabalí. Nota en Facebook. Enero de 2011