viernes, 25 de noviembre de 2011

Las Acampadas del Arco Iris

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Nada cambiaremos en el mundo público si
 nos dejamos sobornar para
 entrar en el cautiverio” Virginia Wolf

“Hay que dar vuelta al mundo.
Pero cada lágrima que corre allí donde podría haber sido evitada
es una acusación; y es un criminal quien,
 con inconsciencia brutal, aplasta una pobre lombriz”
Rosa Luxemburgo



 En 1.938 Virginia Woolf publicaba su obra Tres guineas, un alegato que unía feminismo, antifascismo y pacifismo. Escrito como respuesta a  una carta  que le pedía consejo para evita la guerra, en él la vincula con otras formas del poder en la sociedad, incluyendo lo que ella llama, formas inconscientes. Nadie hasta hoy, o al menos nadie antes de ellas indagó en la simbología que construye la relación entre autoritarismo, cultura del privilegio y el poder  propia del patriarcado con la génesis de la guerra. Virginia rechazo la idea de convertir a las mujeres en abanderadas de la paz. Para ella lo relevante de la experiencia histórica femenina no es que estas sean de naturaleza biológica o social mas pacífica, sino que esta experiencia ha sido ajena al orden simbólico de las guerras. Su perspectiva fue referente para muchas activistas que se involucraron en  el movimiento pacifista de los años 80 del siglo XX y en las masivas las movilizaciones ciudadana contra las armas nucleares y la carrera de armamentos.

En septiembre de 1981, cientos de mujeres inglesas, al finalizar una marcha convocada  para protestar por los planes de la OTAN de instalar misiles Crucero en la Base de las fuerzas aéreas norteamericanas en Greeham Common, establecieron allí un campamento permanente al que llamaron “La Puerta Amarilla”. Con el tiempo otros campamentos fueron instalándose en el perímetro de la Base y  tomaron el nombre del Arco Iris. En noviembre de 1983, cuando EEUU, inició la instalación de los misiles, las acampadas empezaron el despliegue de acciones directas y  no violentas.  Allí permanecían cuando en 1991, el último de los misiles fue enviado de vuelta a los EEUU y en 1992, la fuerza aérea estadounidense abandono el campo. Intelectuales, militantes políticas, campesinas, mujeres mayores, jóvenes, dieron vida hasta inicios del siglo XXI, a una de las últimas protestas pacifistas de la Guerra Fría.  Los campamentos del Arco Iris, a pesar de sus precarias condiciones materiales, se convirtieron en un laboratorio de resistencias y desobediencia civil  no-violenta.  Creativas e insumisas, durante mas de trece años la luchas de las mujeres de Greeham Common desafió los planes de la mayor potencia militar del mundo, y a la propia legalidad de las armas nucleares. Afrontaron las vejaciones y ataques verbales por parte, fundamentalmente, de soldados de la base y de vecinos del pueblo más cercano, mientras en Europa se sucedían movilizaciones masivas por el desarme y en lugares como España, el rechazo a la integración en la OTAN, convocaba en la calles a millones de personas.
 Vivió, escribió y luchó antes de Virginia y las mujeres de Grehamm Common.  Pero a  Rosa Luxemburgo también le preocuparon la guerra y la barbarie.  Contra la primera se posiciono activamente,   incluso fue encarcelada por ello y cuestionada en las filas de la propia socialdemocracia de su tiempo.  Sobre la segunda formuló el conocido dilema: “Socialismo o barbarie”. La Hipótesis de revolución que esbozó, consistía en un movimiento de masas autónomas que desarrollan una especie de pedagogía del poder y de su ejercicio en el trascurso de una huelga general. Para Rosa lo importante era que el proceso activase y aunase al mayor número de personas, que aprendían como se gesta una nueva sociedad mientras se la transforma. Es difícil pensar una solución revolucionaria menos violenta.
Para las nuevas generaciones, que estos últimos meses, han decidido, por fin, tomar las calles, el socialismo realmente existente se  reduce a un Zapatero aupándose sobre el voto ciudadano, para claudicar una y otra vez ante las exigencias de una oligarquía financiera tan sumamente complaciente con sus propios vicios como salvaje con el resto de la humanidad. Por no mencionar el cinismo de una Trinidad Jiménez anunciando como una buena nueva, los mas de 1.000 puestos de trabajo regalo de la OTAN a cuenta de  la instalación del escudo antimisiles que coloca a España y Andalucía de nuevo en el epicentro de las guerras futuras.


En medio de la crisis económica y ecológica, asistimos a un nuevo relanzamiento de la carrera de armamentos y a la impunidad con que los nuevos señores de la guerra, promueven sus fechorías por todo el mundo, desde Rota a Libia o Gaza. Woolf, Rosa Luxemburgo, las Acampadas del Arco Iris, son componentes de una amplia genealogía de mujeres vinculadas al pacifismo y al antimilitarismo, que nos permiten nombrar la posibilidad de otra historia y ofrecer al presente y al futuro, otros relatos. No en nuestro nombre


miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Estado de Excepción no se debate

A medio camino entre el diálogo de besugos y la parodia bipartidista, el debate entre Rajoy y Rubalcaba ha tenido lugar acompañado de abundante propaganda. Desde  hace varias semanas y todo un día, al menos todo un día  posterior, nuestra vida y nuestro futuro parece depender del éxito o el fracaso dialéctico de estos dos. No es poca cosa teniendo en cuenta que ambos ya decidieron el programa que aplicarán los próximos años, una vez que  el pasado mes de septiembre apoyaron sin discusión una reforma constitucional que, independientemente de quien de los dos gane, les compromete a priorizar, por encima de cualquier otra necesidad social, el pago de la deuda a los banqueros de Wall Street y Alemania,  a quienes además concedieron licencia para incrementarla hasta donde marque su conveniencia. Nada que debatir por lo tanto dado que ambos ya asumieron el programa de la oligarquía.
Las farsa bipartidista camina paralela al Estado de Excepción que los mercados están imponiendo a Europa