Hace dos fines de semana en el metro de Londres se anunciaba la película
de Ken Loach "I, Daniel Blake". La version en tamaño gigante escogida
allí para el cartel, no dejaba indiferente. Con los ecos de las luchas
obreras mirándo de frente desde la imagen, parecía invitar a la multitud
en tránsito anónimo de las estaciones, a sacudirse los agravios
cotidianos con la fuerza de un compromiso. ¿Todavía la clase obrera?
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