miércoles, 30 de marzo de 2016

Ciudadanía precarizada, indefensa y a la intemperie

En la provincia con uno de los mayores índices de desempleo, esto está pasando y es legal. Un gobernante condenado por vulnerar derechos fundamentales a quienes protestan por las políticas de empleo, no será condenado a carcel, ni siquiera tiene por qué dimitir, pero puede conseguir, en cambio, que quienes primero fueron arrojados al desempleo, y luego vieron vulnerados sus derechos, y precarizada su existencia, puedan terminar en la cárcel si las formas de protesta elegida está criminalizada por legislaciones como la Ley Mordaza. Puede ser legal, pero es indecente. Estamos en  la provincial que lidera las peores cifras de desempleo y precaridad del país, una de las últimas en niveles de convergencia y renta. La lesgislación represiva la aprobó el PP, pero es un hecho objetivo que los políticos del PSOE recurren a ella para criminalizar el descontento y disciplinar el malestar social en los pueblos donde gobiernan. La firmeza que no supieron mantener para defender el artículo 135 de la Constitución y los derechos sociales frente a las exigencias de Trichet, la emplean contra los dirigentes jornaleros andaluces.

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